Casi sin querer nos encontramos en Priaes con Lucía y Manuel. Muy generosamente nos contaron algunas de las historias que ilustran esta primera ruta del Atlas Emocional. Nos llevaron hasta el molino donde la madre de Manuel recuerdan con cariño que decía siempre:
-¿Desayunaste algo?
-Un vasu de leche
-Entonces pasa que desayunes aquí.
Dicen Lucía y Manuel que al molino iba muchísima gente, que allí «torta nunca faltaba». Entonces nos damos cuenta de la importancia que el agua y su movimiento tuvo siempre para los y las vecinas del concejo. Se contaban más de 60 molinos, de los que ahora quedan pocos. Hacemos una pequeña investigación, y una especial mención (por su situación geográfica vinculada al espacio que ahora ocupa nuestra ruta) a la «Riega la Beleña» que nace a la altura del pueblo del Picu donde recoge el agua de otras pequeñas riegas, transcurre por todo el valle hasta su desembocadura en el Río Piloña, y tiene una distancia aproximada de 6,5 km.

Imagen del Grupo de Dinamización Comunitaria
Queremos incluirla en este Atlas Emocional por la importancia que tuvo para los vecinos de estos pueblos, ya que
las aguas de esta riega abastecían a un gran numero de molinos (en el censo realizado en 1988 se contabilizaron 14, de los cuales hoy en día no se encuentra ninguno en funcionamiento, y pocos se conservan en pie ,la mayoría de ellos están con un gran deterioro e incluso no hay vestigios de ellos) donde se molía el maíz, cereal de gran importancia base de exquisiteces como la torta o la boroña.
Y hablando de agua llegamos al Río Piloña y el «Puente la barca«… pero esta ya es otra historia.
